Nuestra historia nos marca, pero cómo sigue depende de nosotros. Nicky nos invita a reflexionar acerca de cómo era el trabajo antiguamente, cómo fue evolucionando a lo largo del tiempo, cómo lo vemos ahora y cómo queremos que sea.
EL TRABAJO COMO CONDENA
¿Sabías que antiguamente trabajar era considerado un castigo, una condena? Según la RAE , la etimología de la palabra «trabajar» proviene del latín vulgar tripaliare, que significa torturar [1]. El tripalium era un instrumento de tortura compuesto de tres palos. Era un cepo con tres puntas que, previamente a ser utilizado para castigar a los esclavos, se usaba para sujetar caballos o bueyes con el fin de herrarlos o evaluarlos.
La práctica de la esclavitud data desde la prehistoria, todos los pueblos antiguos se sirvieron de la esclavitud. Era una situación aceptada y, en aquellos tiempos, esencial tanto económica como socialmente. Una persona pasaba a ser propiedad de otra por el mero hecho de: ser hije de esclavos, contraer deudas y no tener cómo pagarlas, cometer algún delito o mismo ser prisionero de guerra (conquistar un territorio equivalía a conquistar personas).
Todo esfuerzo físico era un castigo, por lo que trabajar, al implicar un compromiso físico, estaba mal visto. Es por esto que inicialmente el trabajo estaba designado a los esclavos.
LAS RELIGIONES Y EL CONCEPTO DEL TRABAJO
Tanto la concepción del concepto del trabajo como su evolución tuvieron que ver, en gran medida, con las distintas religiones existentes.
En el libro sagrado más influyente del cristianismo, La Biblia, se menciona al trabajo con cierta connotación negativa, como si fuera un esfuerzo que implica cierto sufrimiento:
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás [2].
Asimismo, La Biblia introdujo la idea de la importancia del descanso para el trabajo:
Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo… [3]
Esta concepción religiosa del trabajo, en donde se comienza a visualizar ciertos derechos laborales, siguió evolucionando e inmiscuyéndose en la civilización.
Otro ejemplo en donde la religión generó un avance en el mundo del trabajo fue con la tradición oral del judaísmo, El Talmud. En el tratado de los principios, elemento literario que forma parte del Talmud, se habla del trabajo como una bendición y una parte fundamental de todo ser humano, aún para aquellos que no lo necesiten para vivir:
en todas las obras que hicieres, si trabajara será bendecido, si no, no lo será [4].
Establece que aquellos que ya tengan suficiente para vivir también deberán trabajar, porque el trabajo no es un bien individual, sino que sirve al bienestar del conjunto. Este mismo principio que nombra al trabajo con aprecio («…ama el trabajo, odia el señorío y no busques intimidad con los que mandan»), también menciona a la subordinación y al dominio de unos sobre otros como aspectos negativos de la sociedad:
Aléjate del orgullo y de los honores, no busques dominar a la gente porque la dirigencia comunitaria entierra a sus dirigentes [5].
Así como en el cristianismo y en el judaísmo se plantean cuestiones propias del derecho laboral e influyen en cómo se piensa al trabajo, otras religiones a lo largo del tiempo también lo hicieron.
EVOLUCIÓN DEL TRABAJO EN LAS DISTINTAS CIVILIZACIONES
ANTIGUA GRECIA
En la antigua Grecia se consideraba que había dos tipos de actividades:
- Las serviles, que desfiguraban el cuerpo y quitaban al pensamiento todo trabajo y elevación;
- Las libres y ociosas.
Para la civilización griega, las actividades liberales aseguraban el placer, el bienestar y la felicidad; porque esos eran los bienes que alcanzan, no los que trabajan sino los que viven descansados.
El trabajo, en ese entonces, era altamente desvalorizado y considerado un límite para la libertad, ya que en él no había creación. Era una actividad impuesta por la necesidad de subsistencia por lo que, en la Hélade, eran los esclavos quienes la hacían. Sin embargo, no la realizaban como un castigo hacia ellos, sino porque no era una actividad deseable de hacer.
EL FEUDALISMO
Durante el feudalismo, si bien seguía existiendo la servidumbre, el concepto del trabajo cambió: trabajar no era una condena sino una especie de intercambio en el que los esclavos trabajaban la tierra y el señor que regía el feudo les otorgaba protección: un lugar donde vivir y les permitía servirse de la tierra que cultivaban. Los vasallos no eran totalmente libres, seguían a disposición y le debían total gratitud a su amo, pero no vivían ni trabajaban en las condiciones que antes lo hacían.
LOS ARTESANOS Y EL PROGRESO EN EL TRABAJO
En el siglo XII, comienza a surgir una nueva forma de trabajo en donde se puede progresar, una organización evolutiva. Nacer en un determinado estrato social no implicaba el tener que morir en dicha escala; se podía prosperar. Un claro ejemplo de este régimen jerárquico eran los artesanos, que tenían tres niveles sociales: los aprendices, los compañeros y los maestros. El aprendiz era aquel que debía dedicarse a aprender el oficio. Ser aprendiz implicaba estar en el nivel más bajo en la escala social para los artesanos, pero con años de aprendizaje, un aprendiz podía acceder al segundo nivel de la escala: ser compañero. Los compañeros eran los verdaderos trabajadores que, al cabo de unos años, podían llegar a convertirse en maestros. Los maestros eran aquellos que tenían discípulos y enseñaban el oficio.
EL TRABAJO HOY EN DÍA
Si bien todavía hay personas que trabajan para sobrevivir, para ganarse el pan de cada día, el trabajo se ve como una actividad que las personas realizan para acceder a otra realidad. Es decir, trabajamos con el objetivo de autorrealizarnos, de cumplir nuestros deseos y ser felices. Como dijo Marx, el trabajo es una actividad autocreadora que le permite a las personas proyectar su esencia, es decir, expresar su humanidad.
Sin embargo, es preocupante como hoy en día el trabajo sigue teniendo un tinte negativo. Actualmente, la RAE brinda dieciocho definiciones de la palabra trabajar, entre ellas aparecen estos conceptos: sufrir, esfuerzo, mortificar, afligir, desazonar, dañar, causar perjuicio.
¿Es qué el viejo tripalium sigue al acecho?
CÓMO QUEREMOS QUE SEA EL TRABAJO EN 10PINES
En 10Pines queremos que el trabajo sea visto como un contrato social, basado en la libertad, que nos permita vincularnos mejor. Queremos que el trabajo no sea una carga que todos los días hay que llevar, sino que uno disfrute al hacerlo. Queremos que sea visto como un proceso de aprendizaje en el que todas las voces sean escuchadas. Queremos que, de una vez por todas, el viejo tripalium termine.
¿QUÉ HACEMOS PARA CAMBIAR LA FORMA EN LA QUE PENSAMOS NUESTROS TRABAJOS?
Desde mi experiencia, en 10Pines se intenta cambiar el paradigma desde la confianza de les unes con les otres. La libertad predomina pero viene de la mano de una responsabilidad personal: si bien no hay un jefe que mande, cada uno tiene un compromiso consigo mismo y para con los demás. Todo está basado en el compañerismo, la solidaridad, la consideración y, por supuesto, el respeto.
Es verdaderamente importante que todo se pueda hablar y, quienes deseen hacerlo, sean escuchados. En 10Pines todos pueden expresar sus ideas libremente, siempre y cuando sea con respeto. Tode aquel que lo haga será escuchado atentamente.
Creo fielmente que 10Pines fomenta ver al trabajo desde otra perspectiva, sin un tinte negativo. Como se menciona en el libro «Aprendiendo de los mejores»:
No puedes descubrir nuevos mundos con ojos viejos. Para que algunas cosas entren, otras tienen que salir para dejar espacio. Es ley de vida. […] En tu mirada (actitud) está la clave.
Basado en el libro «El futuro del trabajo y el trabajo del futuro» de Alejandro Melamed.